miércoles, 13 de febrero de 2013

El Tribunal Supremo advierte de la politización del Tribunal de Cuentas



En una sentencia de fecha 3 de diciembre de 2012, la Sección 7ª de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, denuncia la politización del Tribunal de Cuentas y advierte que ya hay más funcionarios de libre designación, nombrados por los partidos políticos, que funcionarios que hayan obtenido la plaza por concurso.
La sentencia, dictada tras un recurso presentado por la Asociación de los cuerpos superiores de letrados y auditores del Tribunal de Cuentas, contra la convocatoria de libre designación efectuada por la Resolución de 4 de julio de 2011, relativa a la adjudicación del puesto de trabajo "Subdirector Adjunto de la Asesoría Jurídica, estima que en la actualidad el número de puestos ocupados por funcionarios de los Cuerpos Superiores de Letrados y Auditores del Tribunal de Cuentas es inferior al de los cubiertos con funcionarios de Cuerpos Superiores de las Administraciones Públicas y de la Seguridad Social, lo que infringe el artículo 89.1, c) de la Ley 7/1988, de 5 de abril ( RCL 1988, 731 ) , que establece que el número de funcionarios pertenecientes a Cuerpos distintos de los propios del Tribunal de Cuentas no podrá sobrepasar el total del conjunto de las plantillas de los Cuerpos Superiores de Letrados y Auditores del mismo.
En un varapalo sin precedentes, el Tribunal Supremo dictamina que la idea principal de que la libertad legalmente reconocida para estos nombramientos discrecionales no es absoluta sino que tiene unos límites.
Estos limites están representados por las exigencias que resultan inexcusables para demostrar que la potestad de nombramiento respetó estos mandatos constitucionales: que el acto de nombramiento no fue mero voluntarismo y cumplió debidamente con el imperativo constitucional de interdicción de la arbitrariedad ; que respetó, en relación a todos los aspirantes, el derecho fundamental de todos ellos a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos; y que el criterio material que finalmente decidió el nombramiento se ajustó a las pautas que encarnan los principios de mérito y capacidad.
Desde FEP-USO mostramos nuestra satisfacción porque el Alto Tribunal comience a darse cuenta de que la proliferación como setas de nombramientos de funcionarios de libre designación, en todas las Administraciones Públicas, está llevando a un alto riesgo de politización de la función pública.
En especial, en este caso del Tribunal de Cuentas, con el riesgo añadido de que este órgano es el que debe fiscalizar las cuentas de los partidos políticos en nuestro país, asunto muy de moda en los últimos tiempos, y que, por lo que deja entrever la Sentencia emitida por el Tribunal Supremo, está en manos de los propios partidos políticos que se encargar de realizar los nombramientos de libre designación.