Esta semana hemos conocido el
IPC correspondiente al mes de julio, el índice que mide la
inflación en España. Sus siglas corresponden a Índice de Precios al Consumo, y
supone que mide los precios finales, los que pagamos los consumidores, no los
precios al por mayor entre mayoristas. Para elaborarlo, el Instituto
Nacional de Estadística elabora una “cesta de la compra”, en la que están
incluidos todo tipo de productos, no solo aquellos de consumo básico, como alimentación,
ropa, gastos de vivienda y transporte. En dicha selección, figuran también
productos de ocio y cultura, y, desde hace unos años, los tecnológicos, por lo
que suponen en el gasto de los hogares. En cada provincia, el INE cuenta con
seguimiento en una serie de establecimientos que no pueden hacer público que
participan de la estadística. Así, se consigue tanto el IPC nacional como el de
cada comunidad autónoma.