La tecnología ha evolucionado de forma exponencial en
estos últimos años y el mundo del trabajo no ha sido ajeno a esta revolución en
las comunicaciones. Cada vez están más diluidos los espacios entre el trabajo y
la vida personal, según sectores y puestos, parece como que en lugar de ganar
terreno en derechos que parecían consolidados como el cumplimiento de la
jornada laboral se van perdiendo con la “conectividad 24h”.