miércoles, 13 de febrero de 2013

Un mercado laboral roto, una negociación colectiva inexistente




Trascurrido un año de la publicación en el BOE de la “Reforma Laboral” desde la USO vemos como este ha sido el año de la desregulación laboral.  Muy lejos quedan los objetivos que según el Gobierno impulsaron la Reforma: “La reforma propuesta trata de garantizar tanto la flexibilidad de los empresarios en la gestión de los recursos humanos de la empresa como la seguridad de los trabajadores en el empleo y adecuados niveles de protección social”.
Esta Reforma lejos de dar seguridad en el empleo, evitar su destrucción,  apostar por la contratación indefinida, ha conseguido con su aplicación disminuir la tasa de ocupación, en 2012 se han destruido 850.500 empleos (569.000 hombres y 281.500 mujeres) y en términos de población asalariada el descenso es de 903.700 personas. Estos datos ponen de manifiesto, que las reformas emprendidas por el Gobierno, lejos de reactivar la economía y el empleo, han profundizado en la recesión económica, fruto entre otras cosas, de un colapso de la demanda interna y se han traducido en más empleo destruido, alcanzando una tasa de paro del 26,6%, y más de 2 millones de personas que no perciben prestación o subsidio de desempleo”.
Las supuestas bondades de la flexibilidad introducidas en el mercado laboral se rebelan ineficaces para frenar esta sangría y las empresas siguen apostando por despedir, como mecanismo más sencillo y barato de ajustar sus cuentas.