
Esta Reforma lejos de dar seguridad en el empleo, evitar su
destrucción, apostar por la contratación indefinida, ha conseguido con su
aplicación disminuir la tasa de ocupación, en 2012 se han destruido 850.500
empleos (569.000 hombres y 281.500 mujeres) y en términos de población
asalariada el descenso es de 903.700 personas. Estos datos ponen de manifiesto,
que las reformas emprendidas por el Gobierno, lejos de reactivar la economía y
el empleo, han profundizado en la recesión económica, fruto entre otras cosas,
de un colapso de la demanda interna y se han traducido en más empleo destruido,
alcanzando una tasa de paro del 26,6%, y más de 2 millones de personas que no
perciben prestación o subsidio de desempleo”.
Las supuestas bondades de la flexibilidad introducidas en el mercado
laboral se rebelan ineficaces para frenar esta sangría y las empresas siguen
apostando por despedir, como mecanismo más sencillo y barato de ajustar sus
cuentas.