jueves, 26 de marzo de 2020

¡VAMOS! EL FINAL DE LO PEOR ESTÁ A LA VUELTA DE LA ESQUINA.


Artículo del Secretario General de la USO, Joaquín Pérez, sobre la crisis del coronavirus
Semanas de medidas, informaciones y ampliación del estado de alarma a 30 días. Ahora no es momento de juzgar la gestión, muy mejorable en muchas de las etapas y en las medidas tomadas. Después habrá tiempo. Cada uno desde su sitio -en casa o saliendo a trabajar-, toca estar juntos, esforzarnos y aguantar, incorporarnos, tener esperanza, no parar, aunar esfuerzos y minimizar los daños. Sacar lo mejor en estos malos momentos: la solidaridad, la capacidad de construir y protegernos, de dar al trabajo el carácter más humano y valioso que tiene, que es el del bien común, el de que nadie se quede tirado.

¿Qué es un riesgo grave e inminente en el puesto de trabajo?


Como riesgo grave e inminente o RGI se define el riesgo grave que, desencadenado, puede provocar secuelas importantes, permanentes o de larga duración. También será un RGI el que afecte a un gran número de trabajadores, aunque el efecto individual sobre cada trabajador sea menos grave.
Esta figura, regulada en el artículo 21 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, cobra especial relevancia durante la crisis sanitaria que estamos viviendo: en algunas profesiones y centros de trabajo donde no se estén cumpliendo los protocolos básicos de protección de los trabajadores podría estar incurriéndose en un riesgo grave e inminente ante la particularidad de encontrarnos en estado de alarma. El Gabinete de Salud Laboral de USO analiza el propio concepto de riesgo grave e inminente, cómo actuar ante él y la casuística específica analizada en tribunales.