viernes, 16 de septiembre de 2022

Pérez denuncia la utilización del período de prueba para el cese de contratos indefinidos. El secretario general de USO denuncia que cambian los nombres, pero no el fondo: los trabajadores siguen sin trabajo fijo a pesar de firmar contratos indefinidos


 El secretario general de USO, Joaquín Pérez, ha denunciado hoy en rueda de prensa en Palma, que “los efectos de la no-reforma laboral son los esperados de una reforma que se queda en los nombres de los contratos y no en el fondo del mercado laboral, que sigue siendo igual de precario”.

Para ello, Joaquín Pérez se sustenta en las últimas cifras de la Seguridad Social, que reflejan “cómo se disparan las bajas en los contratos indefinidos. En concreto, llaman la atención dos variables. Sobre todo, la de personas que causan baja por no superar el período de prueba. Estos casos se han multiplicado por 9 con respecto al año pasado, antes de que entrara en vigor la reforma laboral. El período de prueba dura, en función de los puestos, entre dos y seis meses. Por lo tanto, es el artificio perfecto para hacer contratos basura con cara de indefinidos”.

En concreto, desde julio de 2021 hasta julio de 2022, esta causa para el cese del contrato ha crecido un 902,6 %. También es destacable el aumento en general de los despidos: 234,7 % por causas objetivas; 170 %, los disciplinarios. Y también las bajas voluntarias (258,7 %) e involuntarias, 320,9 %.

“Esto demuestra otra de las cojeras de la reforma laboral. No puede llamarse reforma si no entra a recuperar los derechos perdidos en cuanto a los despidos. De nada sirve un contrato indefinido si sale tan barato despedir”, refrenda Pérez.

El IPC de agosto cierra en el 10,5 %, mientras que la subida salarial en convenio es del 2,6 %. USO exige actualizar los salarios para reactivar el consumo y la economía

 El IPC del mes de agosto ha cerrado en el 10,5 %, encadenando tres meses consecutivos por encima del 10 %. El Índice de Precios de Consumo se sitúa así tres décimas por debajo del registrado en julio, descenso en el que han influido la ligera bajada de los precios de los carburantes.

Sin embargo, los productos básicos de la cesta de la compra han aumentado sus precios en el último año un 13,8 % y la electricidad, un 15,9 %, lo que para la clase trabajadora supone un esfuerzo económico importante para afrontar el día a día.

En este escenario de elevada inflación, los salarios negociados en convenio solo han subido en torno a un 2,6 %, en el mismo mes en el que los precios crecen por encima del 10 %. “Los salarios tienen que subir, tienen que actualizarse y los sindicatos debemos conseguir, a través de la negociación colectiva, que los convenios incluyan cláusulas de garantía salarial. Hay que actualizar los salarios según la inflación para lograr que los trabajadores puedan afrontar la subida de precios y reactivar el consumo y la economía”, reivindica Sara García, secretaria de Acción Sindical y Empleo de USO.