Desde hace ya algún
tiempo, estamos asistiendo al desmantelamiento paulatino de las Oficinas de
Atención al Público de la Seguridad Social –Administraciones, URES y CAISS-,
siguiendo la línea de recortes a que nos tienen acostumbrados. Recortes en este
caso que sufren muy directamente los trabajadores de las oficinas afectadas y
como no, el resto de ciudadanos que ven reducidas sus opciones de ser atendidos
gratuitamente, como hasta ahora. Todo ello sin que nadie parezca darse por
aludido.
Los
aludidos deberían ser en este caso, nuestros dirigentes y aquellos que dicen
representarnos, copando Mesas más o menos Delegadas, arrogándose en exclusiva
la representatividad del colectivo de la Seguridad Social. Porque si bien lo
intentan justificar en aras de una supuesta “eficiencia organizativa y
presupuestaria”, parece que ninguno se ha parado a pensar en el daño que se
infringe a los trabajadores afectados. Trabajadores que, en el mejor de los
casos, están obligados a cambiar de lugar de trabajo, teniendo que renunciar
muchas veces a esas pequeñas mejoras laborales y dinerarias que tanto trabajo
les ha costado conseguir a lo largo de su vida laboral.
Sirva
como ejemplo, lo acaecido en una Administración concreta de la Seguridad
Social.
1-
Se solicita por parte de la Dirección la jornada continuada de mañana y tarde
para esta Administración, abriendo la atención al público por la tarde.
2-
Se presentan siete voluntarios para realizar dicha tarea, pero desde el primer
momento solo se puede contar con seis personas, la mayoría del Área de
Afiliación.
3-
Dado que no hay personal suficiente para atender el Área de Recaudación por la
tarde, se decide buscar apoyo entre los compañeros con productividad 1.2 para
que atiendan también por la tarde, creando un problema innecesario donde antes
no lo había.
4-
Se adquiere un local de más de 600m2 pared con pared con la Administración, con
la idea de ampliar y mejorar la existente. Obra que nunca llegó a
iniciarse.
5-
Se adquiere otro local también adyacente, fusionando dos URES.
6-
En el año 2016, la Dirección manifiesta su intención de refundir dicha
Administración, solicitando su cierre con efectos del uno de enero de 2018.
Solicitud que es atendida.
7-
Los compañeros de esta oficina, sabedores de lo que va a ocurrir, manifiestan
reiteradamente su preocupación por donde van a ser ubicados. La Dirección no se
pone en contacto con ellos hasta bien entrado el otoño.
8-
Se sugiere a las dos compañeras que aún conservan la jornada continuada de
mañana y tarde (APC01) que renuncien en favor de la productividad 1.2. con la
consiguiente pérdida de dinero.
9-
A día de hoy, los compañeros siguen desperdigados por las diferentes
Administraciones y dependencias de la TGSS, algunos sin mesa ni ordenador.
Estamos
seguros de que este ejemplo es extrapolable a otras Oficinas, por lo que os
invitamos a que colaboréis con nosotros en sacar a la luz este tipo de
actuaciones. Nos comprometemos a trasladar vuestras quejas. Porque, aunque nos
resulte difícil de creer, nuestros representantes al más alto nivel, lejos de
dar marcha atrás y buscar soluciones equilibradas, han decidido apretar el
acelerador. Acelerador que en este caso, tiene forma de EFCO – eficiencia de
costes-. O, lo que es lo mismo, se han inventado un nuevo coeficiente ponderado
que pretende contabilizar los volúmenes de gestión y la ejecución
presupuestaria que, traducido significa que se penaliza el número de oficinas
abiertas y el tamaño de la plantilla… Toda una sesuda decisión que, por ahora
solo afecta a la TGSS. Por fin sabemos que es lo que piensan nuestros “mayores”
sobre el grave problema que sufrimos en la Seguridad Social: sobran oficinas y
sobramos plantilla. lo dicho, toda una sesuda conclusión.
Desde
USO creemos que no es de recibo colocar los objetivos y los intereses
organizativos, por encima de las personas