Sin
duda, el 14 de diciembre de 1988 es una fecha histórica. La huelga general
convocada contra una importante reforma en el mercado laboral que abarataba el
despido e introducía los contratos basura temporales para los jóvenes
trabajadores, se tradujo también en un descontento con la política económica
del Gobierno. La reforma prevista fue retirada y se incrementó el gasto social.
La
jornada de paros generalizados fue un rotundo éxito en cuanto a participación,
gracias al compromiso con la causa de la práctica totalidad del movimiento
sindical de la época (USO, CCOO, UGT, ELA, etc.), desarrollándose de forma
pacífica y paralizando el país durante 24 horas, llegando incluso a cortar la
emisión de TVE.
La
USO no aceptó la oferta de ir de la mano de CCOO y UGT en las manifestaciones,
a pesar de que el grueso de las reivindicaciones era de gran coincidencia,
debido, fundamentalmente, al comportamiento sectario que tenían ambas
organizaciones con nuestras siglas y porque el planteamiento escénico distaba
mucho de ser de consideración por igual a las tres organizaciones.
El
llamamiento que hacía la USO se concretaba “por el trabajo para todos y por la
justicia social”. La USO justificaba su convocatoria en el rechazo al plan de
empleo juvenil y también el deterioro del poder, no solo del adquisitivo, sino
de cuantiosos derechos sociales y laborales que conllevó que una convocatoria
sindical después se convirtiera en una respuesta de toda la sociedad española,
que supuso la parálisis del país.
Tras
la celebración de esa jornada histórica se reabrieron distintas negociaciones
con el Gobierno de Felipe González, en las que UGT y CCOO, apropiándose del
éxito de lo que era patrimonio de la sociedad, negociaban en nombre de todos,
como interlocutores únicos y portavoces universales. Desde USO se valoraba como
una muestra más que evidenciaba que no había pretensión alguna real de unidad,
sino más bien de afianzar el bisindicalismo excluyente con el que no podíamos
comulgar. Esta negociación, por cierto, no tuvo grandes resultados.
Con
convocatoria y reivindicaciones propias, toda la USO estuvo a la altura en esa
jornada que a día de hoy es considerada la mayor huelga general de la historia
de España. Con esta jornada se inició también la democracia social en España.