La Federación de Atención a la Ciudadanía de USO recuerda que los funcionarios de prisiones no
realizan una función de vigilancia, sino de reeducación y reinserción laboral. Además, es una plantilla específica de la
AGE sin movilidad a otras administraciones, por lo que no debe poder darse el
efecto contrario.
También desde USO queremos
defender las funciones específicas que realiza el funcionariado de prisiones y
que no pueden sustituirse por personal proveniente del Ejército, “dado que los
trabajadores de centros penitenciarios no se dedican a una mera vigilancia de
los internos en prisión, sino que son funcionarios civiles de la Administración
General del Estado que realizan sus funciones sin portar arma, puesto que las
penas de prisión están orientadas a conseguir que los condenados consigan una
reinserción social efectiva tras el proceso de reeducación”, expone José
Joaquín Castro, secretario de Desarrollo Sindical de FAC-USO.
Así, el funcionariado que presta
servicios para la Administración Penitenciaria “es un cuerpo especialmente
cualificado, que accede a su puesto mediante oposición de acceso libre. La
posible incorporación de militares profesionales en sus últimos diez años de
compromiso o reservistas especiales viene a reconocer, de la mano del
Ministerio de Defensa, y no de Interior, que hay una gran carencia de personal
en nuestras cárceles, como llevamos denunciando desde hace años desde USO.
Pero el que esa falta de
plantilla no se cubra con personal especializado preocupa a los trabajadores
que ya desempeñan su trabajo y molesta a los miles de futuros funcionarios que
están preparando las pruebas selectivas que, según nuestros cálculos, deberían
cubrir 3.400 vacantes en toda España”, continúa Castro.
“Si bien esta posibilidad reconoce la
necesidad de personal, no soluciona el otro problema medular del sector, como es
el envejecimiento de las plantillas, con una edad media de 49 años y todos los
centros del Noroeste, por ejemplo, por encima de los 50 años. Incorporar a
personal militar con antigüedades de unos 25 años no suponen un
rejuvenecimiento de las plantillas y, por el contrario, pone en peligro la
movilidad de los funcionarios más jóvenes, que buscan poco a poco acercarse a
sus lugares de origen por méritos en sus puestos”.
Y, por último, recuerda José
Joaquín Castro, “los funcionarios son un cuerpo tan específico que no cuentan
con movilidad hacia otras administraciones, por lo cual entendemos que eso debe
ser recíproco y que tampoco puedan convertirse en funcionarios de prisiones a
personal ajeno a ellas”.
Seguiremos informando