viernes, 19 de agosto de 2022

Riesgos en personal sanitario: Trabajos de asistencia sanitaria


 Los trabajos relacionados con el sector sanitario, ya sea en hospitales, laboratorios, consultorios, etc, al no pertenecer a un sector industrial puramente dicho, puede parecer que no están sujetos a riesgos laborales significativos. Sin embargo, un análisis en profundidad realizado por los expertos en prevención desmiente de forma radical esa imagen de ‘actividad exenta de riesgos’ o de riesgos ‘light’.

Desde el punto de vista preventivo, en los centros sanitarios se dan dos tipos de riesgos laborales en función de su origen:

  • Riesgos asociados al lugar de trabajo originados por el estado material de la construcción, dependiente tanto de su diseño como de su instalación y mantenimiento.
  • Riesgos específicos originados por actividades, instalaciones y equipos propios del sector sanitario.

En cuanto a los primeros, riesgos propios de todo lugar de trabajo, tenemos que tener en cuenta que gran parte de la actividad sanitaria se realiza en edificios cerrados y frecuentemente con cierta complejidad estructural, tanto en dimensiones como en distribución. Además, los locales sanitarios, por su carácter de servicio a la sociedad, son lugares compartidos con el público (pacientes y familiares).

Algunos de los riesgos ligados a las características del espacio, y a los que los Servicios de Prevención prestan especial atención, podrían ser las caídas a distinto nivel, caídas de objetos, atrapamientos, accidentes de circulación ocasionados “in itinere” e “in misión”, contactos eléctricos, contactos con agentes químicos peligrosos en tareas de limpieza, Iluminación inadecuada, condiciones termohigrométricas deficientes, incendio, explosión…

En cuanto a los riesgos originados específicamente por la actividad sanitaria, podríamos pensar que debido a que la actividad principal en un centro sanitario es el tratamiento de enfermedades y accidentes, el único riesgo específico que existe es el riesgo biológico. Si bien como veremos es uno de los más significativos, debemos tener en cuenta algunos otros:

  • Agresión por parte de pacientes y familiares, que aunque parezca extraño de una sociedad avanzada, ocurre con más frecuencia de lo que pensamos.
  • Sobreesfuerzos físicos ocasionados en la manipulación de carros, camillas, objetos pesados, equipos clínicos, y sobre todo por la movilización de personas con limitaciones físicas.
  • Fatiga física, no solo ocasionada por las posturas forzadas y sobreesfuerzos, sino por el desarrollo de tareas como la preparación y administración de medicación, realización de curas, utilización de PVDs, etc.
  • Fatiga mental originada por la exigencia de un trabajo con un alto grado de responsabilidad.
  • Estrés por la elevada demanda emocional de determinados puestos de trabajo del sector sanitario.
  • El trabajo a turnos o en horario nocturno, si no se adoptan las medidas preventivas adecuadas, constituye un riesgo que puede provocar importantes alteraciones al personal sanitario, haciéndolo por ejemplo más vulnerable a factores psicosociales.
  • Contactos térmicos originados por determinados equipos generadores de calor como por ejemplo: esterilizadores, muflas, estufas, baños termostáticos, etc. o por equipos generadores de frío como congeladores, contenedores de nitrógeno líquido, etc.
  • Exposición a agentes químicos nocivos en tareas de desinfección y esterilización, en tareas de anatomía patológica, etc.
  • Aunque pensemos que los centros sanitarios son, por lo general silenciosos, el ruido es otro de los riesgos a los que se expone el personal sanitario, sobre todo si no se adpotan las medidas preventivas adecuadas en servicios en los que se está en contacto con equipos de electromedicina.
  • Exposición a ultrasonidos utilizados en determinados equipos como por ejemplo cubas de limpieza de material quirúrgico o en equipos electromédicos de rehabilitación.
  • Exposición a radiaciones en servicios de radiología, radioinmunoanálisis, manipulación de radiofármacos, rehabilitación, etc.
  • Exposición a los aerosoles generados en la combustión producida por el láser en determinadas tareas de servicios como cirugía, laboratorios, fisioterapia, etc.