USO te explica las principales diferencias entre los síntomas del COVID-19, la gripe y el resfriado
Cambiamos de
estación, llega el otoño y estamos en pandemia. USO te explica los diferentes
síntomas de COVID-19, gripe y resfriado para que puedas distinguirlos.
El modo de transmisión y los síntomas de COVID-19, gripe y resfriado son muy similares. Tanto la gripe como el resfriado y el nuevo coronavirus son afecciones causadas por un virus que afectan al sistema respiratorio.
Se propagan
principalmente a través de gotitas que el infectado esparce al toser,
estornudar o hablar. También, al tocar objetos o superficies infectadas y
después tocarse ojos, nariz o boca.
Síntomas de COVID-19, gripe y resfriado
A pesar de las
muchas similitudes entre los síntomas de estas tres enfermedades, como son la
tos, la fatiga y el dolor muscular, hay algunos síntomas que nos pueden ayudar
a distinguirlas:
- Los
síntomas de la gripe aparecen de forma simultánea.
- Los
síntomas del COVID-19 son progresivos.
- Aunque
la fiebre es común a ambas, en la gripe es más leve que en el coronavirus.
- La mucosidad
y flemas son más propios de la gripe.
- En el
COVID-19, la tos es más seca e irritativa.
Según la OMS,
hay tres factores diferenciales: la pérdida de apetito, la congestión nasal y
los estornudos son propios de la gripe. La dificultad para respirar, problemas
de garganta o mucha sequedad, son síntomas propios del COVID-19, y pueden ir
acompañados de pérdida del gusto y el olfato. Ambas enfermedades pueden darse a
la vez.
Campaña de vacunación de la gripe
Este año, la
coincidencia temporal de la gripe con la pandemia, hacen especialmente
importante la vacunación en la población más vulnerable y sus contactos, para
reducir las complicaciones causadas por ambas enfermedades y evitar la
sobrecarga en el sistema sanitario.
La próxima
campaña de vacunación de la gripe arrancará la primera quincena de octubre.
Los grupos de
población a vacunar frente a la gripe en la temporada 2020-21 son:
- Mayores
a partir de los 65 años que convivan en instituciones.
- Personas
con menos de 65 años de edad que presentan un alto riesgo de
complicaciones derivadas de la gripe.
- Personas
que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de
presentar complicaciones, incluyendo personal sanitario y sociosanitario,
así como convivientes.
- Trabajadores
de servicios públicos esenciales y otros.
Los objetivos
marcados son alcanzar o superar coberturas de vacunación del 75% en mayores,
preferentemente a partir de los 65 años y en el personal sanitario y
sociosanitario, así como superar el 60% en embarazadas y en personas con
condiciones de riesgo.
La vacunación es
la medida más eficaz para prevenir la gripe y sus complicaciones. Pero también
es importante seguir las siguientes medidas de prevención:
- Taparse
la boca al toser o al estornudar, preferiblemente con pañuelos
desechables.
- Lavarse
con frecuencia las manos, sobre todo después de haber tosido o
estornudado.
- Procurar
no reutilizar los pañuelos empleados al estornudar o al limpiar las
secreciones nasales.
- Limitar
el contacto, en la medida de lo posible, con otras personas si se tiene
malestar, fiebre u otros síntomas de gripe para evitar contagiarlas.
- Evitar
el contacto con personas enfermas para evitar que nos contagien.
Desde USO
cumplimos el mandato de la autoridad sanitaria de concienciar a nuestra
afiliación sanitaria y sociosanitaria y nos posicionamos a favor de las
campañas de vacunación promovidas por las empresas en sus programas de salud,
sobre todo si se dan entornos donde haya riesgo de coincidencia masiva de
personas.
Recordemos que
no se puede obligar a los trabajadores a vacunarse, debe tener carácter
voluntario. Si no están configurados programas de salud, es competencia de los
Delegados de Prevención promoverlos para velar por la salud de la plantilla,
así como poder contribuir a la reducción del absentismo en la empresa por esta
causa.
Gripe, una de las primeras causas de absentismo
laboral
La gripe es un
importante problema de salud, por la mortalidad, las complicaciones y los
costes económicos y sociales que origina. Y la vacunación es una herramienta
eficaz y segura para prevenir la enfermedad y sus complicaciones.
La gripe es de
las primeras causas de absentismo laboral durante los meses de invierno, siendo
la posibilidad de contagio 5,72 veces superior en personas no vacunadas. En
España, por ejemplo, la gripe conlleva una media de 7 días de incapacidad
temporal.
En España,
durante la temporada 2019-2020, 619.000 personas acudieron a las consultas de
atención primaria por gripe; hubo 27.700 hospitalizaciones por gripe; 1.800
ingresos en la UCI y 3.900 muertes asociadas. Las complicaciones más frecuentes
tras una infección por el virus de la gripe son neumonía, otitis, sinusitis,
deshidratación o empeoramiento de una enfermedad crónica de base, como
insuficiencia cardiaca congestiva, asma o diabetes.
COVID-19 y gripe
No hay evidencia
científica que justifique un mayor riesgo de infectarse o padecer COVID-19 de
mayor gravedad por haber recibido una vacuna frente a la gripe. Además, se ha
publicado recientemente un estudio científico que establece que la vacuna
frente a la gripe no aumenta el riesgo de infección por COVID-19. Este estudio
proporciona garantías en contra de la especulación de que la vacuna frente a la
gripe aumenta el riesgo de infección por COVID-19.
Asimismo, otros
estudios afirman que la vacunación frente a la gripe podría asociarse con menor
gravedad y menor mortalidad por COVID-19.
De igual forma,
la Organización Mundial de la Salud recomienda la vacuna contra la gripe, sobre
todo, a aquellas personas que presentan afecciones médicas subyacentes. Lo que
más teme la OMS en estos momentos es que el aumento de casos de la COVID-19 y
la gripe se produzca al mismo tiempo, lo que podría dificultar la labor del
personal sanitario a la hora de tratar los casos más graves.