viernes, 20 de noviembre de 2020

Negociación del III Plan de Igualdad de la AGE


Negociación del III Plan de Igualdad de la AGE

 Desde el 20 de junio del año 2018, en el que se presentó el cronograma y plazos para publicar el informe final y realizar diagnóstico base del III Plan de Igualdad y el informe del II plan de Igualdad de la AGE, hasta ahora que al parecer comienza la negociación del III, han pasado nada menos que 2 años.

Cuando hablamos de la Administración General del Estado, hablamos de la administración de las administraciones, el espejo donde se reflejan el resto de las Administraciones y las empresas.

Seguimos sin cambios, en su línea, la igualdad  se exige a los otros, pero a la Administración General del Estado NO.

Pasos que se están dando como los que se han materializado ya con los reales decretos que entrarán en vigor el año que viene de registro salarial y planes de igualdad.

La obligatoriedad de negociar planes de igualdad baja a empresas de más de 50 trabajadores mientras tanto en la Administración General, nada cambia. El mismo formato, la misma dinámica y el aquí no pasa nada.

Todo está bien no hay brecha salarial, ni discriminación alguna, ni por supuesto no hay acoso sexual.

Desde USO pensamos que se trata sólo de Planes de igualdad cosméticos que sirven para cubrir el expediente que marca la Ley de Igualdad, la Administración dispone bula, y el papel lo aguanta todo, al parecer no está obligada a lo que al resto supone incumplimiento y sanción.

Cosméticos porque:

  • Un diagnóstico de situación no es un copia pega del informe final del II Plan de Igualdad.
  • Porque hay obligatoriamente que negociarlo.
  • Porque seguimos sin protocolo contra el acoso sexual aplicable.
  • Porque no hay agentes de igualdad.
  • Porque no hay estructura de igualdad en la relación de puestos de trabajo y por supuesto menos en la Administración Periférica.
  • Porque en definitiva no hay voluntad.

Plan de Igualdad que debería ser participado por todas las opciones sindicales, aunque no sean firmantes, pero que excluye a sindicatos que tienen representación en la Administración General del Estado pero que siguen estando vetados, en unas mesas que en su esencia, nacieron para respetar el pluralismo y no la exclusión.