El jueves día 18 se ha celebrado la
reunión del Grupo de Trabajo encargado de negociar la Regulación del
Teletrabajo en AGE, como consecuencia de la modificación del artículo 47 bis
del TREBEP. La Administración indica que es necesario debatir las líneas para
regular el teletrabajo en una situación de normalidad y expone los
condicionantes:
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El
teletrabajo, es una forma de organización del trabajo complementaria a la
modalidad ordinaria que seguirá siendo la presencial.
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Habrá
que determinar a qué puestos se podrá aplicar la modalidad de teletrabajo. La
administración manifiesta que no debe establecerse en base a funciones sino a
puestos de trabajo contemplando los requerimientos tecnológicos del puesto y la
capacitación del trabajador para su desempeño en teletrabajo. La posibilidad de realizar teletrabajo deberá
tener previamente un establecimiento de objetivos.
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La
Administración indica que hay que analizar las competencias digitales que debe
tener el trabajador para poder desempeñar el teletrabajo.
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La
implantación del teletrabajo no puede suponer mayor coste para la
Administración.
Desde la FAC-USO no podemos entender varias
cuestiones:
1.
No
entendemos el porqué de esa cerrazón, por parte de la Administración y de la
parte social presente, en poner en segundo plano el teletrabajo cuando está
claro que, si queremos una Administración del siglo XXI, en palabras de la
propia Administración, precisamente es lo que habría que potenciar, siempre que
su aplicación sea voluntaria para el trabajador, además podría suponer, por qué
no, una forma de conciliar.
2.
Ahora
resulta que hay que valorar si el personal trabajador es capaz de realizar su
labor en teletrabajo, esto ya es surrealista, personas que llevan años
realizando su trabajo ahora resulta que se van a volver tontos y que no saben
si serán capaces de seguir haciéndolo por el mero hecho de que cambien de
ubicación, pudiera parecer y de hecho lo parece, que no hay voluntad por parte
de los presentes de que se implante el teletrabajo.
3.
También
ahora la Administración se nos presenta como víctima haciéndonos creer que la
adopción del teletrabajo les puede suponer mayor coste cuando todos sabemos que
es al contrario y supondrá un gran ahorro, siempre que se hagan las cosas bien
claro está.
4.
Lo
único que vemos con cierta satisfacción es el hecho de que se haya tenido en
cuenta la propuesta que ya hicimos desde la FAC-USO, en esta nota, de establecer unos objetivos de
cara a teletrabajar, esperemos que tal y como dijimos éstos sean razonables.